lunes, 28 de febrero de 2011

Por fín ya no soy nadie

Poco a poco se iba despertando, la anestesia perdía su efecto.
Alguien entró en la pequeña habitación, se acercó y fué quitándole las vendas que cubrían su cabeza.
El cirujano que le había operado comentó: "Ok, todo correcto. Todo ha salido perfecto. No podrá mirarse al espejo, no tiene rostro, por fin ya no es nadie. Lástima que no sea consciente de su último deseo".

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