sábado, 27 de febrero de 2010

El viento que no llegaba

Nos habíamos levantado tamprano. En los periódicos del bar de abajo anunciaban para esta tarde-noche la famosa "ciclogénesis explosiva", vientos huracanados debido a una profunda diferencia de presión atmosférica y todo a una velocidad de vértigo, casi sin darte cuenta.

Decidimos aprovechar la mañana y dar una vuelta por el Paseo Nuevo para cazar algunas buenas olas. Eran casi las 13.00 horas y no pudimos fotografiar ni una sola en condiciones, solo algo parecido a ráfagas de viento que peinaban la superficie del mar hacia todas direcciones.

Habíamos quedado a comer en un caserio. Hay que reconocer que estabamos un poco asustados. En los telediarios estaban confirmando las peores previsiones. Los fuertes vientos comenzarían a las 19:00 pero todo podía comenzar en cualquier momento. Desde una de las ventanas del restaurante, de vez en cuando, se podía ver como se levantaba un fuerte viento y un montón de hojas revolotear en círculos, pero nada serio.

Volvimos a casa y consultamos en varias páginas web cual era la situación.

No muy lejos de aquí anunciaban vientos de más de 200 km/h, era obvio que ya había empezado aunque por ahora no se notaba nada fuera de lo normal. Seguimos leyendo, diferentes ayuntamientos de la zona habían suspendido los servicios públicos de transportes, incluso habían decretado el cierre de todos los establecimientos comerciales a partir de las 19.30, recomendando a todos los vecinos no salir de sus casas después de las 20:00 horas.

No quedamos a cenar con unos amigos por precaución y decidimos pasar la noche en casa. Esperando ver algo, salimos al balcón y sacar unas fotos. Era ya noche cerrada, aunque la luna llena nos permitía ver con claridad lo que ocurría allí arriba. Las nubes "volaban" pero a ras de suelo la velocidad del viento era casi imperceptible

Durante unos minutos alternaban fuertes rachas viento con momentos de calma y silencio, he de reconocer que esto nos provocaba un poco de inquitud, si no miedo. Todo indicaba que aquel fenómeno explosivo comenzaría en cualquier momento.

Nos quedamos mirando las nubes durante un momento cuando de repente, se fue la luz de todas las farolas. Sobre el cielo de color azul obscuro desaparecieron las nubes casi blancas y se aproximaba algo parecido a otra nube, pero esta negra. Parecían pájaros, pero conforme se acercaba, nos dimos cuenta de que aquello no era lo que nos había parecido en un principio. No.

A unos 100 metros de nuestro balcón comenzarón a caer restos metálicos que al golpear con el suelo provocaban un fuerte estruendo. Rápidamente nos metimos en casa y desde la ventana se veía caer todo tipo de cosas, incluso personas o lo que quedaba de ellos. Ya estaba aquí.

Cerramos todo y nos metimos en el dormitorio pensando que podía ser el lugar más seguro. El ruido era insoportable y eramos conscientes de que poco podíamos hacer ya. Miré a mi chica y le dije: "quítate la ropa, hoy moriremos con las botas puestas". En aquel momento se hizo el silencio y no recuerdo más. Salimos despedidos junto con todo lo que nos rodeaba.

jueves, 11 de febrero de 2010

Fin del viaje

Hacía varios meses que había abandonado mi casa, había perdido la noción del tiempo y no recordaba la última vez que me crucé con otra persona. Viajaba con mi mochila y un pequeño mapa, apenas me quedaba comida para dos días.

Todo comenzó en una pequeña librería, allí encontré el rastro de una vieja leyenda vikinga sobre el viaje al fin del mundo.

Lo dejé todo y aquí estoy. Apenas a dos metros de mi destino. Me acerco, estoy en el mismo borde. Bajo mis pies diviso el abismo, por encima de mi cabeza un manto de estrellas.

Me balanceo...delante, detrás...delante, detrás...Delante

lunes, 8 de febrero de 2010

El principito

Puta jornada de trabajo, hay días en los que todo sale mal. He cenado, me he atiborrado y sin tiempo me he metido en la cama.

Varias veces me he levantado desencajado sin poder recordar qué pesadilla me había despertado. La última ha sido distinta, la cama se movía y se podía oir un fuerte estruendo. Me he asomado a la ventana y todo giraba, se movía. Asustado he intentado dormir, pero apenas lo he conseguido.

Esta vez me he levantado solo. No he podido ver paredes, ni habitación ni casa. Toda alrededor mio volvía a girar, pero ahora de una manera distinta.

Todo cambíaba. Casas, edificios... aperecían y desaparecían. Montañas, ríos, mares... Las nubes se movían en el cielo tan rápido que era imposible fijar la mirada. He sentido un fuerte dolor en todo el cuerpo y he cerrado los ojos intentado parar esta locura.

Al final el dolor ha desaparecido y todo ha quedado quieto. Entonces he abierto los ojos. Solo he visto mar y un pequeño trozo de tierra. He mirado mis manos y tenía garras y tres brazos y de mi pecho salián branquias.

Me he sentado sobre el suelo y he pensado que podía ser el último de mi especie, que podía estar solo..........solo.