lunes, 28 de febrero de 2011

Por fín ya no soy nadie

Poco a poco se iba despertando, la anestesia perdía su efecto.
Alguien entró en la pequeña habitación, se acercó y fué quitándole las vendas que cubrían su cabeza.
El cirujano que le había operado comentó: "Ok, todo correcto. Todo ha salido perfecto. No podrá mirarse al espejo, no tiene rostro, por fin ya no es nadie. Lástima que no sea consciente de su último deseo".

lunes, 21 de febrero de 2011

!!Quién soy!!

En los últimos doce meses lo había intentado todo. En su búsqueda de la eterna juventud se operó los pechos (dos), glúteos (también dos), costillas (si, dos, extraídas). Se estiró lo inestirable y se empachó de botox.

Consiguió que la gravedad no ejerciera sobre sus dones naturales su irremediable efecto, aunque posiblemente tampoco se miró con detalle al espejo. No era más que una amalgama de carne orientada hacia arriba y una especie de rostro y cuerpo difuso.

No tuvo bastante, le hablaron de una crema que contenía el principio definito, el no vá mas dentro de los no va mases. Lo anunciaban por televisión, en la teletienda. No tendría más que llamar y acabar con lo poco que le quedaba en su maltrecha tarjeta de crédito.

Apenas en una semana recibió en casa su "poción" mágica. Debía de aplicarla por todo su cuerpo, el efecto, decía, era inmediato. Y así lo hizo. Se quedó desnuda y restregó sobre su cuerpo todo lo que el frasco contenía.

En sólo unos segundos notó sus efectos, sentía como su piel rejuvenecía, cambiaba de color. Era increible. También notó, y esto ya no le entusiasmaba tanto, que de sus ojos se proyectaban dos enormes apéndices alargados. Al abrir la boca, su lengua, se partió terminando en una bifída prolongación de esta. De su espalda, con gran dolor, asomaba una aleta desagradable y asquerosa.

Horrorizada y antes de perder la vista por completo, leyó el prospecto que incluía la pequeña caja en la que le habían envíado su deseada crema. Contiene: "baba de caracol, extracto del veneno de la serpiente más venenosa jamás conocida y escamas de aleta de tiburón ciego".

Evidentemente nunca volvió a salir de su casa.

domingo, 20 de febrero de 2011

Perder la vida

Tenía un amigo que siempre había dicho que tanta tontería en este país se terminaría con otra guerra civil, hacía falta orden y disciplina. El se apuntaría el primero.

Dicho y echo. Hubo guerra civil. Su mujer fue violada y después asesinada. Su hijo murió por el disparo de un francotiradador. En un bombardeo nocturno sus padres fueron aniquilados.

No sé como acabó aquella guerra, ni al final qué fue de mi amigo, pero estoy seguro que hoy, se arrepentiría de sus palabras.

viernes, 18 de febrero de 2011

No veo

Asomado a la ventana he de deciros que no me ha gustado lo que he visto.

Obscuridad. He vuelto a abrir los ojos.... obscuridad.

Se escapan

Cansado, de nuevo he llenado mis manos con todos los pequeños recuerdos que una vez me hiceron feliz. He intentado lo imposible por retenerlos, pero uno a uno han ido desapareciendo.

Otra vez me he vuelto a quedar sin nada.

jueves, 17 de febrero de 2011

Dicen que la droga mata

Tenía más de una semana por delante para acabar con todo. Le pidió a un amigo las llaves de su casa en la playa sin dar muchas explicaciones. Cogió el coche y no tardó en llegar.

Había pensado que la mejor forma sería atiborrándose de aquello que un día probó y le gustó. Por qué no. Tuvo que hacer unas cuantas llamadas pero al final consiguió todo lo que se propuso. Cocaina, ácido, un poco de heroina y todo regado con abundante "maría". Se había gastado todos los ahorros, tenía para más de una semana, no se iba a "pribar". Pensó también en compañía femenina y con el se llevó la guia de contactos de todas las páginas webs que pudo encontrar.

Al llegar a la casa dispuso todo el material sobre la mesita de la sala. Era una persona ordenada y así lo sería hasta el final. Quería comenzar con buen pie y se preparó su primera rayita. Billete y tarjeta, inclinó la cabeza y esnifó de una sola vez todo lo que pudo. En un instante notó que no se encontraba bien. Lo que tenía que haber sido un subidón directo se convirtió en un desagradable picor por todo el cuerpo, sintió que se quemaba a la vez que era consumido por lo que parecían millones de pequeños insectos. Poco disfrutó.

Pasó la semana y al no tener noticias de su amigo, el dueño de la casa pensó que lo mejor sería pasarse por allí. Así lo hizo. Entró en el pequeño apartamento y le sorprendió lo que vió sobre la mesita de la sala. No había rastro de su amigo, quizás lo esperaría pero mientras, joder!!, se iba a poner a tono. Otra vez billete, tarjeta...

Al poco tiempo un amigo en común al no tener noticias...

Y así fué como me quedé sin amigos y al no saber de ellos...