Los dos desnudos, en la cama, unidos. Tú encima mia y yo maravillado por todas y cada una de las curvas interminables de tu cuerpo.
Acariciaba tus piernas mientras que tú te movías cadenciosa, lentamente, de aquella forma que a los dos nos volvía locos.
Gemías y te oía, te miraba y tú me mirabas y yo te miraba. Pero dejaste de mirarme, de gemir. Tus ojos se perdieron y tu cara dibujó una terrible mueca. Sentí que el abrazo de nuestros cuerpos se había convertido en insoportable dolor.
Grité tu nombre, una, dos, tres veces. Miré mis manos sobre tus piernas y parecían destrozarlas. Ensangrentadas podía ver mas allá de tu carne.
Gritaste y tu cuerpo comenzó a descomponerse al mismo tiempo que caía sobre el mio. Finalmente un gran charco de sangre caliente rodeaba mi cuerpo ya frío.
2 comentarios:
Sin duda tuviste un "mal viaje" a Jamaica.
Me ha gustado, mucho, pero aún así intentaré apartarlo de mi mente la próxima vez que me encuentre con mi amante.
¡Qué mal viaje! Pobre
Publicar un comentario