martes, 30 de septiembre de 2008

Todo llega

Me acercaba a casa, era ya tarde. El camión de la basura recogía los últimos desechos de la noche. Pronto advertí la tragedia, un charco de sangre espesa brotaba de aquella cabeza destrozada.

Sonaban las sirenas cercanas, en un minuto llegarían las ambulancias. Pensé que no sería agradable quedarse allí, pasé de largo y entré en el portal. Estaba obscuro tanteé en la pared e intenté encerder la luz de la entrada. Mierda! otra vez estaba fundida.

No era fácil olvidar la cabeza rota, partida por la mitad; sangre, huesos y sesos esparcidos por el suelo. Qué pasó? Las calles no son seguras en este barrio y menos de noche.

Tuve las sensación de no estar solo y subí a casa tan rápido como pude, sin mirar atrás, sin ver más allá de un metro. No paré hasta llegar a la puerta, saqué el llavero del bolsillo, pero no acertaba con la puta llave, cada vez había menos luz en el pasillo.

Por fín abrí la puerta. Cerré detrás de mi y eché todos los pestillos. Entré en el cuarto de baño y me mojé la cara y el cuello, estaba sudando pero sentía un frío helador. Me metí en la cama y me sentí a salvo.

Dormí, creo que ya no desperté. No era el único en la habitación.

2 comentarios:

English Little Pills dijo...

Seguro que habia uhn mega-pixel escondido debajo de la cama, y en cuanto en pobre incauto cerró un ojo le abrió la cabeza con uno de sus bordes dentados.
Hoy dejaré la luz de la mesilla puesta por si acaso....

orris dijo...

Muy bueno: suspense, temblor y final fatal. me gusta